El modelo actual de desarrollo del fútbol uruguayo es, simplemente, insustentable. Tiene que ser revisado en profundidad. Este es, en líneas generales, el diagnóstico que sobre el principal deporte que se practica en el país se hace desde el Poder Ejecutivo, en donde existe una “preocupación mayor” en relación al panorama que presentan la mayoría de las instituciones.
No sólo por la problemática puntual de las millonarias deudas ante el Banco de Previsión Social (BPS), planteadas recientemente, sino por la propia debilidad institucional, económica y financiera de los clubes.
Así lo dijo en el Parlamento Fernando Cáceres, el titular de la Secretaría Nacional de Deportes, un organismo que depende directamente de Presidencia de la República.
“Estamos trabajando y vamos a seguir haciéndolo porque es una situación, a esta altura, estructural, que compromete la viabilidad de las entidades deportivas”, aseguró ante la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputados.
De allí que en el gobierno se entienda la necesidad de revisar el modelo de desarrollo futbolístico en todas sus dimensiones: en lo político-institucional, en lo deportivo, en lo territorial y, desde luego, en lo económico-financiero.
La Cámara de Representantes tiene a discusión un proyecto de ley que le otorga a la Secretaría Nacional de Deportes algunas facultades importantes en relación a la rectoría del deporte nacional, respetando la tradicional autonomía de las instituciones de la actividad federada.
Lo que se propone, explicó Cáceres, es un “cambio cultural”, tendiendo a un sistema que los españoles denominan “gobernanza”.
Consiste en apuntar a la búsqueda de entendimientos y de acuerdos de valor estratégico entre las instituciones y el Estado para la construcción de políticas públicas.  Implicará, remarcó el secretario, derechos y obligaciones, así como la evaluación de resultados deportivos y de gestión.
La revisión del modelo, agregó Cáceres, debe hacerse con la colaboración de los propios actores involucrados. Pero, dada la importancia a todos los niveles que tiene el fútbol para el Uruguay, cualquier solución alternativa y sustentable deberá contar también con la participación del Estado.
El aporte de fondos públicos al deporte, recordó, es muy importante, pese a estar escasamente reconocido o visibilizado. Y, así como el fútbol tiene que revisarse, también el Estado deberá reevaluar cómo dirige sus aportes para que el modelo del fútbol sea sustentable.
En cuanto al aspecto puntual de la convocatoria, Cáceres se comprometió a que en lo que resta de este período el gobierno elevará una propuesta en torno a las deudas de los clubes con el BPS.
Al respecto, hasta el momento se conocen dos fórmulas que fueron presentadas para atender la situación.
Una es la iniciativa del diputado nacionalista Armando Castaingdebat, que plantea destinar a este fin parte de los recursos incautados a dirigentes que usaron el fútbol como base para la corrupción. Su propuesta tiene nombre y apellido: Eugenio Figueredo.
La otra fue presentada la semana pasada por la Asociación Uruguaya de Fútbol, en donde la mitad de los equipos considerados “profesionales” están embargados en relación a estas deudas.  La entidad planteó el retorno al régimen ficto de aportes que existía hasta 2009.
Una propuesta que fue rechazada en todos sus términos esta semana por los dirigentes de la Mutual Uruguaya de Futbolistas (MUFP).
“Si se volviera a un ficto el seguro de desempleo estaría en relación con ese ficto que se aporta”, dijo su presidente, Michael Etulain.
El dirigente coincidió en que el problema del fútbol es estructural . “Sólo en el país, genera cerca de US$ 50 millones, pero a los clubes sólo les llegan US$ 2 millones”, aseguró.
El escribano de la Mutual, Leonardo Severino, remarcó esta posición al recordar que los clubes están exonerados de aportes patronales, por lo que las deudas con el BPS se deben a que no vertieron lo que se le retiene al jugador.
“El único perjudicado si se cambia de régimen será el propio trabajador, que es la pata más débil y el que paga las inconductas de quienes deberían haber volcado esos dineros”, dijo.
Según Etulain, la situación de impagos por parte de los clubes no tiene ninguna consecuencia para el acceso de los jugadores a la seguridad social. Lo que sí es grave, dijo, es que el porcentaje que debería dirigirse a la parte de la capitalización individual no está generando nada, porque ese ingreso no llega a las AFAP.
“Puedo decir que en todos estos años los futbolistas no han tenido ningún inconveniente a la hora de acceder al seguro de desempleo o de enfermedad”, sostuvo el presidente de la Mutual.